31 obras de 17 países: La proyección internacional del Festival Teatro a Mil
Este 2024, el prestigioso encuentro de artes escénicas de Chile y el mundo presentó trabajos provenientes de Argentina, Bolivia, Perú, Colombia, China, Alemania, España, Italia, Francia y otras latitudes.
A 50 metros de altura y en pleno barrio cívico de la capital, el conocido funambulista francés, Nathan Paulin, cruzó la Alameda sobre una tensa cuerda ante atónitas miradas, abriendo de manera espectacular el Festival Internacional Teatro a Mil 2024, confirmando su vocación internacional de excelencia. Les Traceurs de Compagnie de Chaillot, fue sólo una de las 31 propuestas provenientes de 17 países que participaron durante enero en distintos escenarios, encantando a un público ya acostumbrado a esperar performance de calidad.
Argentina, Bolivia, Perú, Brasil, Colombia, Uruguay, China, Alemania, España, Italia, Francia, Estados Unidos y Canadá, entre otros países, ofrecieron creaciones de las más diversas disciplinas artísticas en el marco de este encuentro con las artes escénicas. Este 2024, el Festival, que se realizó entre el 3 de enero y el 4 de febrero, presentó más de cien eventos nacionales e internacionales ante más de 400 mil espectadores.
“Desde casi sus inicios, a mediados de los ‘90, que el festival se comprometió con la misión de ser un puente entre el público masivo y las artes escénicas, no sólo en el ámbito local, sino también internacional. Su primer foco fue Latinoamérica, pero con el tiempo también se incorporaron obras de todo el mundo, con el fin de tener una cartelera de la más alta excelencia y vanguardia. Estamos orgullosos de traer a escenarios locales obras que de otra forma no podrían verse en estas latitudes. Esto es gracias a un esfuerzo mancomunado entre el festival, las salas, el Estado y el auspicio de privados que han sabido valorar el aporte que significa la cultura en la vida de las personas”, señala Denisse Espinoza, jefa de contenidos y difusión de Fundación Teatro a Mil.
La 31° versión del Festival Internacional Teatro a Mil, cuyo lema fue “Cambia el escenario”, se desarrolló en más de 10 regiones del país con una amplia programación gratuita, que se articuló, entre otros, en torno a lineamientos curatoriales como la memoria colectiva; las nuevas voces, narrativas y miradas como agentes de movilización para un mundo vincular, recíproco, justo y solidario, y el concepto “Todos a la calle”, en donde espacios públicos celebran diversas temáticas y lenguajes.
Algunas de las obras destacadas son:
All Right. Good Night. Rimini Protokoll | Alemania.
La compañía alemana Rimini Protokoll regresó a Chile con su obra más reciente, dos historias sobre la desaparición y la pérdida que se entrelazan: un padre con demencia y un avión con 239 pasajeros que se desvaneció sin dejar rastros. El diario The Guardian la describió como “alarmante, dolorosa, a veces divertida y profundamente conmovedora”.
“All right. Good night” fueron las últimas palabras que pronunció el piloto del MH370, un avión operado por Malaysia Airlines que el 9 de marzo de 2014 desapareció del radar con 227 pasajeros y 12 tripulantes y, que nunca más fue encontrado. Iba a ser un viaje de rutina, desde Kuala Lumpur a Beijing, el que debía durar 6 horas y 13 minutos; sin embargo, terminó convertido en uno de los misterios más grandes de la aeronáutica mundial. En otro lugar, poco después de que esto sucediera, un padre comenzó su propio viaje hacia el olvido, tras ser diagnosticado con demencia.
En estas dos historias que se entrelazan están quienes quedaron atrás: testigos y dolientes, desde los familiares de los pasajeros del vuelo perdido hasta la propia dramaturga y directora Helgard Haug, hija de un alemán anónimo que comienza a desaparecer, aunque físicamente sigue presente. Para la compañía Rimini Protokoll la música es el gran medio artístico para hacer de la desaparición algo tangible, una lucha persistente contra la incertidumbre y la muerte.
Tinkunakama (Hasta el encuentro) | Bolivia.
Con 15 años de trayectoria, la Compañía Tabla Roja Teatro, uno de los principales grupos teatrales de Bolivia, presentó esta obra para reencontrarnos y reconectar con la muerte y la vida. Esta versión libre de El run run de la calavera de Ramón Rocha Monroy, una de las 15 novelas más importantes de Bolivia, se convierte en una comedia humana con máscaras dignas de la Comedia del Arte. En vísperas de la fiesta de Todos Santos, una tragedia inesperada sacude a un pueblo: su habitante más anciano ha fallecido. A pesar de la pena por esta pérdida, la preparación para la visita de los muertos continúa con chicha, comida y música, mientras los difuntos en el cementerio exigen su lugar en la fiesta. Vivos y muertos deciden unirse en una celebración que desafía el tiempo. ¿Logrará la muerte llevarse a sus muertos o se quedará para disfrutar de los placeres terrenales? Tinkunakama, “hasta el encuentro” en quechua, es el nombre de esta obra –ganadora del Premio Nacional de Teatro Peter Travesí Canedo– que evoca el carácter cíclico de vida y muerte, como un eterno ir y venir.
Dear Laila de Basel Zaara. Palestina | Reino Unido.
Desde Palestina, la instalación Dear Laila replica la casa en miniatura de una familia, donde un padre le cuenta a su hija de cinco años sobre el lugar donde creció y por qué no pueden visitarlo. A través de audiocuentos, fotografías y artefactos, su creador Basel Zaraa comparte su propia historia de exilio, desplazamiento y resistencia.
Las semillas de esta galardonada experiencia de inmersión se plantaron cuando la hija de cinco años de Basel comenzó a preguntarle sobre su hogar mientras crecía. Al no poder llevarla allí, decidió intentar acercarle el lugar creando un modelo de la casa de su infancia en el campo de refugiados palestinos de Yarmouk, en Damasco.
Dear Laila comparte la experiencia palestina de desplazamiento y resistencia a través de la historia de una familia, explorando cómo la guerra y el exilio se experimentan a través del espacio cotidiano, doméstico y público.
Efectos especiales | Argentina.
La dupla argentina, Luciana Acuña y Alejo Moguillansky, volvió al Festival Teatro a Mil con un site-specific, donde el público es testigo y parte de un rodaje de cine en vivo. Este espectáculo en la vía pública que utiliza bengalas de humos, agua y otros efectos especiales, utiliza la ciudad como decorado de una película imposible donde el personaje muere y lo hace a lo largo de días, noches, inviernos, lluvias y tinieblas, en un larguísimo plano secuencia. En tres tomas distintas del mismo recorrido, un o una performer diferente, cada vez inventará su manera de morir enfrentándose a la arquitectura del lugar, a las emblemáticas calles de la ciudad y a la pura fantasía: lluvia, nieve, humos de colores.
La leyenda de la serpiente blanca | China.
Con una interpretación exquisita, hermosas voces y movimientos asombrosos, La leyenda de la serpiente blanca, obra clásica de la Ópera de Sichuan, es una adaptación exquisita de una de las cuatro historias de amor folclóricas más famosas de China. Un espectáculo impresionantemente bello.
Cuando la serpiente blanca se convierte en hada tras practicar el taoísmo, se enamora de Guizhi Arhat, que sirve a Buda en el Paraíso Occidental. Violan las reglas y Guizhi Arhat es degradado a un mortal llamado Xu Xian. La serpiente blanca prisionera rompe las cadenas para encontrar a Xu Xian en el mundo secular y finalmente se casan. Buda se niega a rendirse y envía a Fahai y al sapo que custodiaba a la serpiente blanca a cazarla en el mundo secular.
De Chengdu Sichuan Opera Research Institute | Dirección de Chen Qiaoru | Dramaturgia de Xu Fen.
Les traceurs | Francia.
Asombrosa e inquietante caminata por los aires a 50 metros de altura en plena Alameda sobre una cuerda de 400 metros de largo. Este impresionante recorrido en las alturas es protagonizado por Nathan Paulin, un excepcional equilibrista y dueño del récord por el cruce más largo, en una highline de 2240 metros en el Mont Saint-Michel, Francia.
Les Traceurs es una obra en constante evolución que se presenta en lugares al aire libre –ya lo hizo en Francia, España, China, Brasil e Italia–, con el objetivo de reflexionar sobre nuestra capacidad para respetar los entornos en los que vivimos y ofreciendo nuevas interpretaciones de estos paisajes. De Compagnie de Chaillot| Coreografía de Rachid Ouramdane.
Los siete arroyos del Río Ōta | Canadá.
Por primera vez en Sudamérica se presenta la obra maestra de Robert Lepage, una experiencia teatral única que rinde tributo a los sobrevivientes del ataque nuclear a Hiroshima. Los siete arroyos del río Ōta recorre en siete horas, siete relatos que, de 1945 a 1995, ilustran tres flagelos que acecharon la segunda mitad del siglo XX: la muerte en los campos de concentración; la muerte nuclear y la muerte viral, que, junto con el SIDA, marcó el fin del milenio.
De una historia a la siguiente, surge un hilo conductor, una búsqueda de sentido y serenidad frente a la muerte y el horror. Está protagonizada por personajes que oponen la sensualidad o la risa a la adversidad: un hibakusha irradiado que sobrevive a heridas íntimas, un prestidigitador cuyas patéticas artimañas alegran a sus compañeros de prisión, una artista de performance que descubre el camino donde no lo espera… Y una joven bailarina occidental que vino a iniciarse en el butoh.
Creada en 1994, la obra fue reestrenada en 2020 para la inauguración de Le Diamant, el nuevo teatro de Ex Machina en la ciudad de Quebec. Desde esa fecha se ha presentado en Londres, Berlín y Sherbrooke, Canadá.
Moby Dick | Francia y Noruega.
Con siete actores, cincuenta marionetas, proyecciones de video, una orquesta ahogada y una ballena gigante en escena, esta obra hace realidad la épica novela de Herman Melville. Moby Dick es la historia de una expedición ballenera, pero también la historia de una obsesión o una investigación sobre los misterios inexplicables de la vida. Para citar al propio Herman Melville: “Es la imagen del fantasma inasible de la vida; y esta es la clave de todo”.
Fue el estreno en Sudamérica de esta obra de la compañía franco-noruega Plexus Polaire, que tiene en el corazón de su trabajo el uso de marionetas de tamaño real. “Mi abuelo era marinero. Venía de una isla en la costa oeste de Noruega, un pequeño puerto lleno de barcos e idiomas extranjeros, pescadores, marineros y niños que esperaban a sus padres que nunca regresaron del mar. Un paisaje de viento, vasto océano y mujeres de pie mirando el horizonte. Me gusta cómo el mar de alguna manera dibuja líneas invisibles entre los diferentes rincones del mundo, cómo crea puntos de conexión. Cómo, frente a esta fuerza de la naturaleza, todos somos iguales. Nadie capta la batalla entre el hombre y la naturaleza como Herman Melville”, dice la directora de esta puesta en escena Yngvild Aspeli.
Contó con el patrocinio de la Embajada de Francia y el Instituto Francés de Chile.
Tambores de fuego | España.
Luego de presentarse en los cinco continentes con más de 800 funciones, llegó a Chile este provocador espectáculo que mezcla música, pirotecnia y efectos especiales a lo largo de un recorrido por la ciudad. Aker, el diablo del akelarre, deambula por las calles. Él y su séquito de percusionistas recorren pueblos y ciudades. Un espectáculo de música en directo, pirotecnia y grandes efectos especiales. Con una mano en un tambor y la otra en la provocación, surge la propuesta de Deabru Beltzak, su primer trabajo.
Tambores de fuego tuvo gran éxito al hacer uso de la calle, donde el movimiento, la percusión, la relación directa con el público y, sobre todo, la energía e ilusión, cautivaron a los espectadores. En total, fueron más de 800 funciones las que se han realizado en Francia, Alemania, Colombia, Venezuela, Bélgica, Brasil, Canadá, Luxemburgo, México, Suiza, Cabo Verde, Italia, Portugal, Croacia, Polonia e Inglaterra, a las que sumó las de Chile.
Tres elefantes pasan | Francia.
Como si hubieran salido directamente de la caja de juguetes del hijo de Gargantúa, tres elefantes mecánicos con una escuadrilla de fénix metálicos, atraviesan la ciudad al sonido de gaitas, bombardas y tambores de un pequeño ejército de soldaditos de plomo. Hombres y mujeres vestidos de trajes inspirados en los cinco continentes acompañan esta trashumancia insólita. Hombres-faros, llevadores de luces rojas incandescentes les indican el camino de la parada donde se desarrollará, en la forma de un recital improbable, un último saludo.
Este espectáculo –que incluirá la participación de voluntarios chilenos– está inspirado en el imaginario del montaje Transhumance, l’heure du troupeau (Trashumancia, la hora del rebaño) de la misma compañía.