Carlos Franz desde Alemania: “Me produce una gran alegría que El desierto se haya traducido al alemán”
El escritor chileno acaba de presentar “Das Verschwundene Meer” en la Feria del Libro de Frankfurt, y en otros espacios literarios emblemáticos, gracias al “Programa de apoyo a la traducción” de DIRAC.
Hace un mes que las librerías alemanas están ofreciendo “Das Verschwundene Meer”, la edición en alemán de la novela “El desierto” del escritor Carlos Franz, que transcurre en un pueblo chileno durante la dictadura de Pinochet. El libro, premio La Nación – Sudamericana en 2005, fue traducido al alemán por la editorial Mitteldeutscher Verlag, luego de que el proyecto obtuviera fondos concursables tras postular al “Programa de apoyo a la traducción” 2023 de la División de las Culturas, las Artes, el Patrimonio y Diplomacia Pública (DIRAC).
El propio autor presentó “Das Verschwundene Meer” en la afamada Feria del Libro de Frankfurt (18-22 de octubre) y continuó su recorrido literario en la reconocida Casa de la Literatura –Literaturhaus– de Berlín y en la biblioteca Stadtbibliothek de Nuremberg, arropado por un público entusiasta. Franz escribió “una parte sustancial” de su libro El desierto en la capital de Alemania, cuando vivió allí un año hace dos décadas.
El escritor, miembro de la Academia Chilena de la Lengua, nos cuenta sobre esta gira, que lo llevó por cuatro ciudades alemanas y la que calificó de “exitosa”.
Cuenta con numerosas publicaciones traducidas a idiomas, como el chino, holandés, portugués, italiano, finés… ¿Qué significado tiene para usted la traducción al alemán de su novela “El desierto”?
Me produce una gran alegría que El desierto se haya traducido al alemán (con el título Das Verschwundene Meer). Es la tercera de mis obras que se traduce a este idioma y creo que así se consolida una relación con los lectores alemanes que ya tiene muchos años. Ahora esta novela ha tenido una acogida especial seguramente porque ella envuelve una reflexión filosófica sobre el conflicto entre justicia y poder político bajo la dictadura chilena y luego durante nuestra transición. Ese es un tema que interesa en Alemania debido a las tragedias de su propia historia”.
La Feria del Libro de Frankfurt ya cerró sus puertas al público y su gira llegó a su fin, ¿cuál es el balance que hace?
Creo que fue una gira exitosa. Estuvimos en cuatro ciudades y realizamos siete presentaciones en total. Algunas de ellas en espacios emblemáticos como la Literaturhaus de Berlín o la Stadtbibliothek de Nuremberg, con salas llenas de público. ¡Ojalá nuestro público chileno demostrara esa misma curiosidad intelectual!
Ya en librerías, ¿cómo ha sido la recepción del libro “Das verschwundene Meer” por parte del lector alemán?
El libro está en librerías desde hace un mes y al parecer se ha vendido bien. Tan importante como eso o más han sido las excelentes críticas aparecidas en medios alemanes muy importantes como el Frankfurter Allgemeine Zeitung o Die Welt.
Motor intelectual
¿Qué valor entrega a la traducción de la literatura chilena, en general, y de su obra, en particular?
La traducción literaria difunde las letras de nuestro pequeño y lejano país más allá de las fronteras del vastísimo idioma español. Eso es un gran salto. Pero la traducción también es importante porque si un autor sabe que sus obras “podrían” traducirse esto lo estimula para adoptar perspectivas más amplias y menos provincianas sobre nuestros temas locales. Imaginar que nuestras obras serán leídas por lectores alemanes, polacos o japoneses, nos obliga a buscar formas de comunicar nuestras historias de manera más universal.
En 2016, en el diario El País comentó que el lector perfecto no existe, como tampoco el escritor perfecto, pero que “se acerca a la perfección el traductor” ¿A qué se refería?
Sí, en mi experiencia algunos de los traductores de mis obras han sido sus mejores lectores. Así fue con esta traducción al alemán realizada por Lutz Kliche. Durante más de un año, él me envió docenas de preguntas e inquietudes referidas a innumerables detalles y también a cuestiones generales. Al examinar esas dudas descubrí contradicciones e incoherencias en mi texto original, a pesar de que yo lo había revisado muchísimo durante años. Esas correcciones que introdujimos al texto alemán también las incorporé a la nueva edición en español de este libro que acaba de aparecer. ¡O sea que esta traducción alemana mejoró mi novela!
¿Qué proyectos futuros tiene?
Estoy trabajando en una nueva novela, con mi lentitud habitual. Será muy distinta a mis obras anteriores. Siempre he intentado distanciarme de los éxitos previos para no repetirme. La creación muere cuando el artista empieza a imitarse a sí mismo.